Las cofradías de Arcade y Redondela ya venden al cliente sin intermediarios.
El estreno de la compra directa a los pescadores agota las primeras existencias.
mónica torres - redondela / la voz 05/03/2020 00:26 h
La venta a pie de barca es una práctica tan antigua como esta actividad que, a día de hoy y en municipios como Redondela o Soutomaior sigue siendo uno de los principales motores económicos. Tanto allí como en A Guarda o Baiona, todos los mayores recuerdan cómo se vendían las capturas de los pescadores nada más llegar a puerto, algo que se convertía en una seña de identidad con arraigo turístico y social. Las cofradías de Arcade y Redondela han conseguido retomar esta dinámica que juega a favor, tanto de marineros como de consumidores y, en definitiva, de todo el tejido comercial del municipio. «A proposta é ‘do mar ao prato’», resume Jorge Varela, que es el secretario de la cofradía de pescadores de Arcade. Ayer hicieron la primera venta al público a pie de playa y, aunque el tiempo no acompañó ni en el mar ni en tierra, los clientes acogieron la propuesta agotando las existencias.
«Mantemos o prezo do mercado máis ou menos pero a calidade e a frescura non son comparables. Isto é produto da Enseada de San Simón», destaca este portavoz del colectivo, conocido como Chopi, que desgrana los atractivos del producto de la ría. «No interior da enseada converxe o mar coa desembocadura do río Verdugo e esa mestura de auga salgada e doce fai que o ecosistema sexa máis rico en nutrintes e, polo tanto, as especies que se alimentan teñen un sabor excepcional», defiende. En el caso del choco, apunta, «o sabor é totalmente diferente e é menos duro e máis tenro». Las ventas del producto capturado en la ría se hacen según llega a puerto, ante los ojos del comprador. Ayer el choco grande salió a 9,09 euros el kilo, a 10 el mediano y a 11,82 euros el pequeño, «máis IVE para que o cliente saiba cal é o custo do produto e cal o do imposto», aclara Chopi, incidiendo en que este sistema fomenta además la transparencia.
La propia venta es un espectáculo para los más pequeños que disfrutan de este nuevo tipo de mercado en el que el mar les abre el apetito más saludable. El choco se puede comprar a diario, entre las 18.30 y las 20.00 horas, que es la franja horaria en la que regresan de la faena los barcos. «Non é o mesmo o choco de trasmallo que o de arrastre, coa pesca artesanal o peixe segue vivo cando chegas a terra», destaca como valor añadido. Pero también se puede cenar una lubina salvaje recién pescada, lenguado o cualquier pescado fresco que llegue a puerto.
La carta incluye anguila, que está a la venta por las mañanas de martes a sábado y que cada día gana más adeptos. «Veñen moitos portugueses por anguía, pero tamén aquí estase a introducir máis porque é realmente un plato exquisito», indica Chopi. En la capital de la ostra, que en breve celebrará la 39 edición su fiesta, también se puede comprar quisquilla. Solo se admite eso sí el pago con tarjeta. «Por efectividade, axilidade e transparencia. Así ninguén ten que andar con cartos», explica el pósito de Arcade. En el mercado de la cofradía emplean bolsas biodegradables para contribuir a la protección del medio ambiente.
La cofradía de Arcade, con Gonzalo Reinoso como nuevo patrón y una renovada junta directiva, no navega sola. Avanzan su interés e intención por participar de proyectos conjuntos y, de hecho, la cofradía de Redondela es copartícipe de esta singladura al embarcarse juntos en esta nueva modalidad de venta directa en la que además se evitan intermediarios y por lo tanto, además de acortar tiempos que siempre redundan en la calidad del producto, los posibles márgenes de beneficios quedan en casa.
En Redondela, donde el patrón más joven de la provincia, acaba de asumir el cargo, las ventas en cofradía arrancarán la próxima semana.
Trabajan en la línea de sumar esfuerzos para multiplicar los resultados ya que trabajan en las mismas aguas. «É como traballar todos a mesma leira», consideran. En Arcade ejecutarán además obras tanto de eficiencia energética como de renovación de imagen, con murales en la fachada, desvelaron sus responsables. «Estamos ilusionados aínda que a burocracia é farragosa, pero temos moitas ganas de facer cousas