¿El final del reinado de la mencía?
Los investigadores del cambio climático aconsejan probar variedades más tardías
ROI FERNÁNDEZ - LUIS DÍAZ - MONFORTE / LA VOZ 19/03/2019 18:26 h
¿Tendremos que sustituir las variedades que se cultivan en la Ribeira Sacra? Con diferentes enunciados, la pregunta se repite en los títulos de las comunicaciones anunciadas para la jornada sobre cambio climático y enfermedades del viñedo de este jueves en Pantón. Nadie se atreve a poner fecha al fin del reinado de la mencía en esta denominación de origen. Pero los que mejor conocen los efectos del calentamiento global sobre el viñedo recomiendan experimentar con otras variedades.
Cuestionar la mencía en esta denominación de origen son palabras mayores. De los 6.142.499 kilos de uva cosechados en la última vendimia, 5.724.829 eran de esa variedad. Emilia Díaz, de la Estación de Viticultura e Enoloxía, será una de las ponentes en la jornada sobre viñedo y cambio climático. Su charla lleva el lema As castes galegas recomendadas para facer viños na Ribeira Sacra, ¿é necesaria unha alernativa á mencía?, pero la investigadora matiza que el título puede inducir a equívoco.
«El título no lo he puesto yo y quizás sea un tanto radical. No creo que haya que ir hacia una alernativa a la mencía. Lo que sí es cierto es que en Galicia hay una diversidad de variedades de las que se puede sacar partido en el actual contexto de cambio climático», apunta Emilia Díaz. Entre estas alternativas estarían, según su criterio, variedades como el caíño y el brancellao o albarello, la más cultivada en la Ribeira Sacra antes de la plaga de la filoxera que asoló los viñedos a finales del siglo XVIII.
¿Por qué probar con otras variedades? El calentamiento global, que en tiempos se vio como algo beneficioso en zonas como Galicia por favorecer el grado alcohólico de los vinos, al final se ha salido de madre. Las uvas precoces como la mencía, de ciclo corto y baja acidez, se resienten más de este fenómeno que las que maduran más tarde.
Emilia Díaz subraya, no obstente, que el noroeste sigue siendo una zona privilegiada desde el punto de vista vitícola. «Hay datos que apuntan a un pequeño aumento de grado, un descenso de la acidez y un adelanto en el ciclo de la vida, pero nada comparable a lo que sucede en otras zonas más cálidas».
La uva perfecta
De los efectos del cambio climático en la producción de uva hablará el jueves en la casa de Cultura de Pantón Vicente Sotés. Catedrático de viticultura y vicepresidente de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, es una de las voces más acreditadas para hablar el impacto del calentamiento global en los viñedos. «La variedad tipo del futuro es una uva tardía y resistente a las altas temperaturas, a la sequía y a las enfermedades de la vid», dice Sotés.
El cultivo del viñedo, desde su punto de vista, tendrá que experimentar cambios profundos para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Galicia, dice Sotés, juega con la ventaja de la tradición y la gran diversidad varietal. La clave, subraya este experto, está en adaptarse a los nuevos tiempos sin que los vinos pierdan su singularidad.