Jenaro de la Fuente y su histórico legado
El arquitecto, aunque no tenía título, revolucionó el diseño de la ciudad a comienzos del siglo pasado y dejó obras que todavía se conservan
lino blanco 20.08.2017 | 04:55
El 21 de agosto de 1922 falleció en Vigo Jenaro de la Fuente, el arquitecto sin título oficial que diseñó una gran cantidad de edificios que se pueden considerar emblemáticos. Su obra permanece en el tiempo, aunque varios de ellos fueron destruidos. Se dice que fueron casi 80 a lo largo de sus años de actividad. Fue un arquitecto municipal y denunciado por intrusismo. Pero a pesar de ser condenado, ejerció su gran pasión. En su casa, ubicada en la calle Romil, se organizaban reuniones con la burguesía y en las mismas se cerraban ambiciosos proyectos de construcción.
Jenaro de la Fuente fue uno de los arquitectos que dejó una profunda huella en Vigo. Los emblemáticos diseños de varias casas para los empresarios y familias con alto poder adquisitivo todavía se pueden apreciar en la actualidad en un recorrido por la ciudad. Otros desaparecieron. Considerado como un elemento clave en el desarrollo urbanístico, sobre todo a comienzos del pasado siglo, en su biografía se encuentran casi 80 edificios. En casi todos los casos no venían firmados por él, ya que no tenía el título oficial de arquitecto. Sin embargo, llegó a ser el máximo responsable municipal del urbanismo vigués. Falleció el 21 de agosto de 1922, hace 95 años, y recibió el homenaje de las autoridades y también de la sociedad viguesa. Está enterrado en el cementerio de Pereiró. Varios años después, el ayuntamiento decidió ponerle el nombre a una calle por su trabajo y compromiso por Vigo.
Su biografía dice que nació en Valladolid. Sin embargo, otros datos afirman que fue en un pequeño pueblo de Palencia. Inició sus estudios para ser arquitecto, por no pudo terminarlos debido a problemas económicos. Encontró una solución en el cuerpo militar. Llegó a ser teniente y a ocuparse de grandes obras. Jenaro de la Fuente llegó a Ferrol para remodelar el gran completo militar que ya existía en la ciudad. Fue una de sus grandes obras y dicen que le sirvió para aprender muchas cosas y descubrir otras de gran valor para el futuro.
Fue durante su estancia en Ferrol cuando conoció al Conde de Torrecedeira. Ambos se hicieron amigos y el vigués le propuso el diseño de algunas casas en la ciudad. Comenzaba una relación que se complementaría con la llegada de Jenaro de la Fuente a Vigo en 1874. Se estableció en la ciudad y comenzó una particular relación con la burguesía. El diseño de sus edificios levantaban expectación. Escrupuloso y detallista, casi siempre incluía elementos franceses en las fachadas.
Sin embargo, no contaba con la correspondiente autorización. No tenía el título. Pero otros arquitectos ponían su nombre para que se realizaran las obras. Jenaro de la Fuente fue denunciado por intrusismo y condenado a no ejercer el trabajo que le apasionaba. Sin embargo, contaba con el apoyo del colectivo de la época y también con el de las autoridades municipales.
A pesar de este contratiempo, se le nombró director de las obras municipales. Un cargo de gran responsabilidad e importancia a comienzos del siglo pasado, cuando la ciudad iniciaba un proceso de crecimiento. A pesar de que oficialmente no podía ejercer, siguió en el puesto por decisión del pleno municipal. Este respaldo le supuso mantener la ilusión por los proyectos de los que se encargaba. No se escondía, pero en muchos documentos oficiales no figura su nombre.
Su trabajo fue intenso. Dicen los historiadores que llegó a ser el autor de casi 80 edificios. Varios de ellos fueron destruidos en la década de los años 60 y 70 a pesar de las críticas por perder este patrimonio arquitectónico. Otros se conservaron. Fueron, por ejemplo, los casos el Hotel Universal, o la casa de Pedro Román, en la actualidad convertida en biblioteca. También el edificio Bonín y el actual Centro Social a Fundación llevan su firma.
Jenaro de la Fuente se inspiraba mucho en la arquitectura francesa. En su casa se podían encontrar numerosas revistas editadas en Francia. Construyó su vivienda en la calle Romil. Tenía ocho habitaciones y seis baños. Una de las particularidades era que su estudio tenía vistas a la ría. En esa casa se solían reunir parte de la burguesía viguesa. También se concretaron muchos proyectos. El arquitecto incluso organizaba pequeñas obras de teatro algunos días y numerosas cenas.